La nueva odontología implica una nueva relación odontólogo-paciente, una nueva comunicación con el paciente.
¿Cómo mejorar la relación dentista-paciente? 9 pautas que debes seguir
Desde Hipócrates, la relación médico-paciente ha variado mucho. Históricamente, el modelo imperante era el paternalista, un modelo rígido que privaba al paciente de su autonomía y libertad de elección ante las prescripciones del médico. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX comienzan a tomar vigencia conceptos como autonomía, libertad, respeto, confianza y confidencialidad. Se pasa, pues, a un modelo más humanista, en el que el papel del paciente es clave durante su enfermedad.
Establecimiento inicial del vínculo paciente- doctor
El doctor establece un vínculo con el paciente para crear sintonía y confianza con el mismo. Cuando omitimos el tiempo dedicado a la parte de la anamnesis, estamos perdiendo un rito que es transformador y trascendente, el núcleo de la relación paciente-odontólogo.
La universidad de antropología de Standford coincide con nuestros médicos humanistas como el Dr. Marañón o el Dr. Lain Entralgo, así como con los griegos clásicos Hipócrates, Sócrates y Platón, cuando hablan del poder del ritual médico. Si acortamos el ritual de la anamnesis interrumpiendo al paciente o mirando los papeles con la información que nos han pasado de recepción, estaremos dejando pasar la oportunidad de sellar la relación odontólogo-paciente.
El término anamnesis (del griego ἀνάμνησις, “recuerdo”) significa reminiscencia, apunta a traer al presente los recuerdos del pasado. La anamnesis permite obtener información proporcionada por el propio paciente durante una entrevista clínica, para analizar su situación y conformar la historia clínica. Durante la anamnesis, es fundamental la empatía, es decir, el ponerse en el lugar del otro. Si escucho al paciente desde su posición, propiciaré que éste me escuche a mí desde mi rol de doctor. Si no hay empatía, no hay relación humana. Ya lo dijo Avicena, conocido como el príncipe de los médicos: “A igualdad de saber, el mejor médico es el más amigo”. En este sentido:
- Paralelamente a la enfermedad bucal (lo médico), está el padecimiento, que es la experiencia personal y social del paciente (lo simbólico).
- La eficacia pasa por atender tanto a lo biológico como a lo simbólico. Tenemos que hacer las dos odontologías: la del cuerpo y la de la persona.
- Una persona que viene a mejorar la estética dental confía en su odontólogo, y esa confianza va más allá de cambiarle la sonrisa. Cambiar la sonrisa de una persona es lo aparente, lo que se ve. Pero detrás hay mucho más. Hay una historia personal, con sus complejos e inseguridades, y muchas veces con sus dramas.
- Cuando le decimos al paciente lo que tiene, tenemos que escuchar lo que siente.
Cuando el paciente entra en nuestra consulta, debemos invitarle a sentarse en la silla, estando ésta completamente erguida, para poder colocar otra silla a la altura del paciente. En este momento se establece el rapport con el paciente. Las siguientes son pautas de comportamiento apreciadas por los pacientes y fortalecen la relación odontólogo-paciente:
- Dar la mano.
- Sonreír.
- Usar el nombre del paciente a menudo.
- Tratar de ser cercano.
- Escuchar al paciente, para conocer al paciente-persona y no sólo al paciente que padece, favoreciendo una comunicación odontólogo-paciente eficaz.
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Personalización en la relación odontólogo-paciente
Esta personalización se concreta en los siguientes aspectos:
- Utilizar un lenguaje sencillo y adaptado al nivel cultural del paciente para explicar el diagnóstico y el tratamiento.
- Ser versátil. El odontólogo debe procurar ser versátil en su trato con el paciente, ya que cada persona es diferente. Como cita el Dr. Lain Entralgo (1983), “todo juicio sobre la salud debe ser referido al sistema de creencias del grupo al que pertenece el paciente”.
En Enfoque Dental, basándonos en nuestra experiencia, hemos llevado a cabo una diferenciación de los pacientes en odontología en función de su perfil de personalidad.
Asegurarnos que el paciente ha entendido bien el diagnóstico y tratamiento
La comunicación al paciente debe hacerse de manera apropiada, evitando el uso de terminologías demasiado técnicas. Así, Bodenheimer (2007) reveló en su estudio que el 50% de los pacientes no comprenden lo que su médico les dijo.
Los pacientes aprecian ese tiempo didáctico que emplea el profesional para que logren entender su tratamiento y diagnóstico en detalle. Hoy en día, la dimensión pedagógica se ha de centrar en poner en valor la importancia de tomar conciencia sobre la salud bucal.
Evitar las palabras no, dolor y prohibiciones absolutas
Se deben elaborar mensajes de forma positiva. Este concepto está íntimamente ligado a la programación neurolingüística (PNL), la cual afirma el poder enorme que tiene sobre nuestras emociones, hábitos y manera de afrontar las dificultades, el uso de un lenguaje positivo.
Inspección extraoral previa a la intraoral para detectar ciertas patologías
La inspección extraoral, además de poder detectar posibles patologías en las articulaciones, maxilares, ligamentos, etc., nos ayuda a conectar con nuestro paciente a través de un contacto físico previo a la inspección intraoral.
Tener conciencia del significado psicosocial de la boca
Freud afirmó que la boca es el primer asiento de la experiencia del yo, a través de la cual se producen los primeros síntomas de satisfacción y recompensa. Por ello, es importante que el odontólogo pida permiso al paciente para llevar a cabo la exploración bucal, ya que la boca, para muchas personas, tiene algo de íntimo y les puede generar cierto pudor.
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Existe un nivel óptimo de temor admitido en los mensajes
No es positivo repetir demasiadas veces ni exagerar los aspectos negativos derivados de un mal hábito (por ejemplo, de mantener una higiene bucal deficitaria).
La importancia de la comunicación no verbal
Es importante desarrollar la sensibilidad por entender el lenguaje no verbal de los pacientes. Por ejemplo, las muecas de los pacientes o la expresión facial de disgusto son actos comunicativos que pueden ser incluso más importantes que la propia expresión verbal.
Utilizar el humor cuando las condiciones sean propicias
En esta línea, de nuevo la psicología positiva ha llevado a cabo estudios muy interesantes de cómo el humor es fundamental en la sanación de las personas y en el desarrollo de la resiliencia de los pacientes durante su enfermedad.
Es fundamental, pues, incidir en la importancia de la relación odontólogo-paciente para lograr prácticas excelentes que favorezcan el vínculo del paciente con su dentista, lo cual redundará en mayores probabilidades de éxito del tratamiento.