Del origen del Coaching al presente del coaching, han pasado muchas cosas. Desde que en la antigua Grecia, Sócrates utilizaba este método con sus discípulos. Un método, que promovía el empleo del diálogo para llegar al conocimiento. La solemnidad que este término adquirió en su origen ha ido perdiendo fuerza hasta nuestros días y actualmente la palabra “coaching” ha perdido mucha fuerza. Enciendo la tele y me doy de lleno con el presente del coaching que os comento. Ahora, todos son coaches: David Bisbal es un coach, Zidane es un coach, el Reality Hermano mayor es también un programa de coaching. Voy a la librería y hay libros de coaching con caballos, coaching cuántico y coaching para hacertelo a tí mismo.
Tengo un inmenso respeto a esta palabra porque realmente encierra una responsabilidad alta para con el futuro y el desarrollo de los demás. Yo intento llevarla al sector odontológico y creo que hay muchas situaciones de aplicación, muchos odontólogos que podrian tener a sus pacientes mucho más contentos e involucrados en sus tratamientos y muchas clínicas que realmente necesitan de la intervención de un coach.
Antes incluso de definir lo que es coaching, contaré cual es su origen y seguramente mientras lo cuente lo esté también definiendo un poquito….Allá voy!
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Son varias las influencias tanto filosóficas como psicológicas que han conlaborado en el origen del coaching.
La influencia de Sócrates
El gran filósofo griego fue sin duda el personaje histórico en el que se fundamenta el origen del coaching. Así siguiendo el modelo de Sócrates, los coaches utilizamos el Arte de la Mayéutica. La Mayéutica proviene del griego μαιευτικη (dar a luz). Es un método que se basa en el conocimiento a través del cuestionamiento y consiste en interrogar a una persona para hacer que se dé cuenta de aspectos sobre su vida a través de sus propias conclusiones y no a través de un condicionamiento previo.
Al sentirse interpelada, la persona se da cuenta y toma consciencia del rumbo que su vida debe tomar según los objetivos, metas y sueños que se plantee.
La mayéutica se basa en la capacidad intrínseca de cada individuo de sacar a la luz la verdad escondida en el ser humano. A través de la pregunta se genera una reflexión que a menudo conduce a un marco referencial nuevo desarrollado a partir del anterior. Este proceso de descubrimiento del propio conocimiento se conoce como dialéctica y es de carácter inductivo. Sócrates, no tenía recetas preconcebidas, sino que usó siempre la pregunta para hacer que la persona llegase a la verdad a través de sus propias conclusiones y no a través de un conocimiento previo. Él no dictaba una realidad nueva para sus alumnos y seguidores sino que co-creaba junto a ellos nuevos marcos referenciales más ricos logrando que cada persona observase su realidad desde otra perspectiva más amplia y con mayor sentido. Sócrates creía que el verdadero impulso para el cambio está en el interior de cada uno de nosotros y que las puertas al cambio solo se consiguen abrir desde dentro.
La influencia de Platón y Aristóteles
En el pensamiento de Platón, la pregunta genera conversaciones (los famosos diálogos de Platón) que sirven para la adquisición del conocimiento. Al igual que el pensamiento socrático, el pensamiento platónico se refiere siempre al autoconocimiento como la vía través de la cual las personas pueden lograr desdoblarse de su propia vida y observarla para tomar acción en aquellos aspectos que pueden ser mejorados.
La filosofía aristotélica se basa en el realismo frente al idealismo de Platón. Aristóteles afirma que la búsqueda de la felicidad o el argumento teleológico es uno de los principios más sólidos que rige la experiencia humana. El concepto de felicidad está bastante cerca a lo que él denomina segunda naturaleza, es decir lo que todos debemos llegar a ser.
Para recorrer este proceso partimos de la primera naturaleza o lo que somos y se precisa la acción. Cualquier proceso de coaching se basa en la acción. Después de la toma de conciencia de nuestra segunda naturaleza necesitamos emprender un plan de acción que estará fraccionado en distintos hitos o fases y que culmina con la consecución de nuestras metas.
Influencia de la Filosofía Existencialista
Los filósofos existencialistas estudiaron la condición de la existencia humana, la libertad y la responsabilidad individual, las emociones, así como el sentido de la vida.
El principal postulado del existencialismo es que somos libres y responsables de nuestros actos, los cuales determinan quiénes somos y el significado de nuestras vidas. Así el coaching tiene una fuerte influencia del existencialismo (sobre todo del optimista de Gabriel Marcel) ya que apuesta definitivamente por la responsabilidad de la persona frente a su destino lo cual nos hace libres y determina quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el mundo.
Influencia del Método Fenomenológico
El movimiento fenomenológico es muy diverso, por lo que difícilmente valdrá una sola definición para todas sus vertientes. Sin embargo, es posible definir la fenomenología como un movimiento filosófico que llama a resolver los problemas apelando a la experiencia intuitiva o evidente en contraposición al racionalismo que ha denostado su importancia.
El coach apela a la intuición (además de a la razón y emoción) de su cliente para valorar de una forma más amplia las diferentes opciones que tiene ante sí. La fenomenología afirma que el coach debe abstenerse de todo prejuicio cuando escucha a un cliente, de manera que permitamos que la persona encuentre su camino y conciencia propia.
En el ejercicio de la profesión de coach es probablemente este uno de los cometidos más difíciles ya que cuando el coach escucha tiende a generar un mapa mental de la situación del cliente, el cual le lleva a formular preguntas persiguiendo determinadas respuestas que no son forzosamente las que el coachee necesita encontrar.
Influencias de la Psicología Humanista
La psicología Humanista integra la Filosofía Existencialista y el Método Fenomenológico. El coaching usa los mismos pilares y conceptos que la Psicología Humanista cuando habla de conciencia, libertad, voluntad, autorrealización y liberación de potencial.
Curiosamente, es precisamente cuando la psicología humanista entra en declive en los años 80 cuando el coaching comienza a definirse como lo entendemos hoy.
La herencia de la psicología humanista y sus enseñanzas prácticas en el mundo del coaching es enorme. El coaching, así como la psicología humanista, se orienta hacia el comportamiento (hacer, vivir y sentir). Los clientes son responsables de la ejecución del plan de acción que se establece y es fundamental que el cliente se plantee en un sentido determinante quien quiere llegar a ser y cuáles son sus metas en la vida en todos los aspectos. Una vez establecida las metas, el esfuerzo y la acción son claves para alcanzar el éxito
El análisis transaccional pertenece a la psicología humanista y su creador fue Eric Berne. Su teoría se basa en que las personas interactúan entre sí mediante transacciones psicológicas con sus estados del adulto, padre y niño.
Influencias del Entrenamiento Deportivo
Timothy Gallwey fue un emblemático entrenador de tenis de los años 80. Recogió en una metodología de entrenamiento denominada The Inner Game (El Juego Interior) su pensamiento. Gallwey sostiene que el principal enemigo para la consecución de las metas en el tenis es la mente del propio jugador y que siempre hay un juego interior en la mente, no importa qué este sucediendo en el juego exterior. Dependiendo de cuanto sea el jugador consciente de este juego será capaz de marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en su juego.
Timothy se convirtió en entrenador de la mente y sus técnicas eran muy diferentes a las del momento. Existe una influencia directa de la Psicología Humanista en sus postulados y prácticas. John Whitmore, reconocido como uno de los coaches más importantes de Europa, recibió una influencia directa de Timothy Gallwey al asociarse junto a él y difundir The Inner Game en Inglaterra.
La clave no es centrar tu atención en encontrar respuestas a las viejas preguntas.
La clave está en hacernos las preguntas que nunca nos habíamos hecho.
Albert Einstein.
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